lunes, 7 de junio de 2010

LO QUE UN JOVEN PUEDE LLEGAR A SER

Génesis 39: 23b

¨Porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba¨.

Hoy mi mensaje es para los jóvenes. Creo que es necesario que dediquemos más tiempo a la juventud y que más personas que tienen el llamado de Dios para trabajar con ellos asuman su responsabilidad. La sociedad se está cayendo a pedazos y hay muchos jóvenes que están desperdiciando sus vidas aún dentro de las iglesias.

Estoy asombrado que la mayoría de las personas que pueblan nuestras cárceles acusados de diversos delitos, y especialmente relacionados con drogas, son jóvenes. Muchos de ellos no llegan a los veinte años. Una gran cantidad de atracos y asesinatos son cometidos por adolescentes. La iglesia puede salvar a muchos muchachos que están en esta condición y hacer que baje esta estadística de muerte y destrucción.

Todos sabemos que hay un gran mal que afecta al mundo entero, y es el narcotráfico. Muchos centros de atención a personas con problemas de drogas están repletos de niños con problemas de adicción, y muchos crímenes son cometidos bajo los efectos de narcóticos.

Este es un problema que tiene su origen en la familia, estas son cosas que se aprenden en casa. Hay muchas de esas vidas que lamentablemente no se vislumbra una solución para ellos. Alguno podrá ser alcanzado con la gracia de Dios como pasó con el ladrón de la cruz en el último momento de su vida. Es posible que algunos logren ser restaurados y reinsertados en la sociedad con los programas de rehabilitación que existen por parte del Estado. Pero el problema es mucho más complejo, pues vivimos en una sociedad donde las instituciones llamadas a combatir el crimen y la delincuencia, han dado indicios de complicidad con los males que están llamados a combatir, y siendo así, la lucha contra la criminalidad se vuelve infructuosa.

Es por todo esto que debemos trabajar con tesón para salvar a los que todavía no han sido contaminados. Debemos luchar por formar una nueva generación de hombres y mujeres con un carácter firme contra el mal. Y esos hombres y mujeres que la sociedad y el mundo necesitan tienen que salir de las iglesias, de familias verdaderamente cristianas. Es posible que algunos que están empezando ahora a dar malos pasos puedan ser corregidos antes de que se pierdan definitivamente.

A los jóvenes que están aquí les digo que llegó el momento de que comiencen a verse como Dios los ve. Dios tiene un plan y un propósito especial en tu vida, así que estás a tiempo para comenzar de nuevo. Es por esto que esta noche te invito a ver lo que un joven puede llegar a ser, y quiero que lo veamos a la luz de la vida de José.

1.- Un Joven Puede Llegar a Ser El Mejor Hijo Que Unos Padres Puedan Tener.

El día que José nació en el hogar de sus padres, Jacob y Raquel, ella dijo: ¨Dios ha quitado mi afrenta¨ (Génesis 30:23). Esta mujer estaba angustiada porque no podía tener hijos, y Dios le concedió la dicha de ser madre, y esto trajo sosiego y paz a su corazón.

Cuando tú naciste trajiste dicha al seno de tu hogar, no naciste para ser una afrenta, naciste para ser el orgullo de la familia, y tus padres siguen esperando que siga siendo así. Cuando eras un bebé, tu madre te tomó en sus brazos y te cuidó, te amamantó. Y tanto para ella como para tu padre, has sido siempre una gran esperanza. Ellos han puesto en ti todo el empeño del que han sido capaces; se puede decir que han apostado a ti, por lo tanto tú no debes defraudarles, debes ser el hijo o la hija que ellos desean que tú seas.

Tus padres esperan de ti respeto, que seas una persona decente, que tomes en cuenta las instrucciones que desde niño has recibido, que seas un joven creyente como se te ha enseñado desde pequeño, como dice la Biblia que fue instruido Timoteo: ¨Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús¨ (2 Timoteo 3:14,15). Tus padres esperan de ti que sigas sus pasos en los caminos del Señor. No importa cuál sea la carrera que elijas, tus padres esperan de ti que estés involucrado en algún ministerio dentro de tu iglesia, quieren verte ocupado en las cosas del Señor.

José fue un hijo ejemplar, era el orgullo de su padre. Tú puedes ser el orgullo de tus padres; cada hijo puede llegar a serlo con su forma especial de ser cuando cumple su rol y sabe ganarse el cariño de sus padres, porque cada hijo de alguna manera es especial para sus padres. Pero los hijos deben tener buen comportamiento, para así ganarse el aprecio y alabanza de sus padres. José era muy querido de su padre por muchas razones. ¿Cuáles son las razones porqué piensas que puedes ser muy querido y amado por tus padres? ¿Crees que tu forma de ser y de comportarte te hacen merecedor del cariño y aprecio de tus padres? ¿O piensas que hay ciertas actitudes en ti que justifican que tus padres no se sientan tan contentos contigo? En todo caso, quien tiene el deber de agradar a sus padres, eres tú.

Cada hijo debe procurar ser el mejor hijo que unos padres puedan tener. No basta con la alegría que tú diste al nacer, al paso de los años es necesario que justifiques tu existencia en este mundo y tu pertenencia a una familia. Si haces lo bueno, serás alabado, pero si haces lo malo, recibirás la retribución debida. Debes ocuparte en dar la mayor satisfacción a tus padres.

2.- Un Joven Puede Llegar a Ser El Mejor Hermano Que Se Puede Tener.

José era parte de una familia sui generis, o sea, muy especial. El formaba parte de lo que después se convertiría en el pueblo de Israel. Por ese motivo y por otros muchos, aquella era una familia muy especial. El padre de José, Jacob, había procreado sus hijos con muchas mujeres: con sus dos esposas que eran hermanas, y con las siervas o esclavas de éstas. Pero, aunque todos esos muchachos fueron criados juntos, nació entre ellos una rivalidad con la que el padre tendría que lidiar toda su vida. Esta era una consecuencia del estilo de vida que este hombre eligió según su costumbre ancestral, pero que Dios no aprobaba.

Nosotros sabemos que lo que Dios aprueba es que un hombre se case con una sola mujer y así formen una familia. El propio Señor Jesucristo lo reafirma en el Nuevo Testamento: ¨pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno¨ (Marcos 10:6-8). Lo que se hace fuera de esto es siempre contrario a lo que Dios ha establecido, y provocará conflictos tan serios como el que se provocó cuando Abraham, en su intento de ayudar a Dios, tuvo un hijo con la sierva de su esposa Sara. Este hecho ha traído tan graves consecuencias que perdura hasta el día de hoy: el conflicto árabe-israelí.

Había siempre disputas entre los hermanos de José por causa del amor especial que Jacob sentía por José. José, por su juventud y bondad, resultaba un ser ingenuo. El le contaba cosas a sus hermanos de las revelaciones de Dios que lo mostraban a él como el principal entre su familia, lo que acentuaba el desprecio que sentían contra él. Todo esto provocaba celos y odio contra su hermano, a tal punto que los llevó a pensar en cometer fratricidio, el cual fue evitado por uno de los hermanos. En cambio, decidieron a juicio de ellos, un mal menor: venderlo como esclavo. Así lo hicieron, y al padre lo engañaron diciéndole que una fiera había devorado a José.

José era un joven de apenas diecisiete años cuando sus hermanos cometieron esta crueldad contra él: ¨Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos¨ (Génesis 37:2).

Lo vendieron a unos mercaderes por veinte piezas de plata: ¨Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto¨(Génesis 37:28). Por esto y por muchas similitudes de la vida de José con la de Jesús, se ha llegado a identificar a éste como un tipo de Cristo. Jesús fue vendido por uno de los doce por treinta piezas de plata: ¨y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata¨ (Mateo 26:15).

Los mercaderes que compraron a José lo vendieron a un oficial del faraón de Egipto, llamado Potifar, el cual vio cualidades especiales en José, y por este motivo lo colocó en la administración de su casa, lo hizo el hombre de su absoluta confianza. Noten ustedes como la Biblia nos dice que a pesar de toda la maldad que sus hermanos hicieron contra él, Dios estaba con él; y esto era tan evidente, que hasta los impíos se daban cuenta de ello: ¨Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano¨ (Génesis 39:3).

Pero Satanás se había ensañado contra José. De igual forma, Satanás se ensañará contigo siempre que hagas lo correcto, pero tú sigue adelante confiando sólo en Dios. La esposa de Potifar se ilusionó de tal forma con José que lo asediaba constantemente para que éste satisficiera sus deseos pasionales. Pero José se mantuvo firme en sus convicciones. Al verse rechazada, ella lo calumnió de tal manera, que fue a parar a la cárcel. Pero aún en la cárcel Dios seguía estando con él: ¨Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel¨ (Génesis 39:21). Si tú eres fiel a Dios, Dios siempre estará contigo en toda circunstancia. Vemos como José aún en la cárcel se ganó la confianza del carcelero, el cual lo puso al cuidado de todos los presos: ¨Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía¨ (Génesis 39:22).

La historia de esta infamia cometida por unos hermanos contra otro, termina de una manera espectacular. Como nos dice la Biblia, sus hermanos quisieron hacerle un daño, y se puede decir que se lo hicieron sin lugar a dudas, porque lo separaron de su padre y de su hermano Benjamín por largos años; pero Dios transformó todo esto en bendición, tal y como ocurre siempre con los hijos de Dios: ¨Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados¨ (Romanos 8:28).

Andando el tiempo José llegó a ser el gobernador de todo Egipto. Fue de victoria en victoria en medio de todas las calamidades que le acontecieron. ¿A quién no le gustaría tener un hermano que llegara a ser presidente o por lo menos ministro del gobierno? Los hermanos de José no pensaron que volverían a verlo, y mucho menos que José llegaría a ser el personaje tan importante que llegó a ser en la nación más poderosa de la tierra. Después del faraón, José era el hombre más importante de todo Egipto.

La grandeza de José estaba en que a pesar de todo el mal que sus hermanos le hicieron, él tuvo un corazón perdonador para con ellos. ¿A quién no le gustaría tener un hermano con un corazón como el de José? Sus hermanos se llenaron de terror al darse cuenta después de muchos años, que su hermano, al que ellos habían vendido, era ahora el ministro de haciendas de Egipto. Ahora sabían que sus vidas no valían nada. Pero se equivocaron al juzgar a su hermano según la propia condición de ellos. José no era la clase de persona que guarda rencor. José dio la más noble respuesta que se puede dar a personas que han cometido un gran daño: ¨Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló, y les habló al corazón¨ (Génesis 50: 19-21).

José era una persona con un alto concepto de la familia. Además, él estaba comprometido con Dios, y sabía que Dios lo había elegido no para que destruyera a su familia, sino para salvarla. ¡Cuánto tiene que aprender esta sociedad torcida de este personaje! ¡Cuánto tenemos todos que aprender de José de lo sagrado de la familia! Así que tú como José debes procurar ser el mejor hermano que se pueda tener. Debes comportarte a la altura de un hijo de Dios, no rebajarte al nivel de los hijos de Satanás. ¡Cuán agradecidos se deben sentir los judíos de José! El fue un instrumento escogido por Dios para preservar a la nación hebrea. ¿Piensas que has hecho algo por lo que tus hermanos se deban sentir orgullosos de ti?

3.- Un Joven Puede Llegar a Ser El Mejor Ejemplo Que la Sociedad Pueda Exhibir.

José era una persona visionaria, tenía un don especial. Cada persona ha recibido de Dios, al ser procreado, dones naturales; y cuando ha nacido de nuevo, cuando se ha convertido, ha recibido de Dios, por lo menos un don espiritual. José tenía ambas categorías de dones: tenía habilidades como administrador y tenía el don de ver el futuro, de ser un profeta, un hombre visionario. ¿Cuál es la diferencia entre José y muchos otros jóvenes en el día de hoy? Que José usaba sus dones, los que Dios le había dado, y estaba feliz y realizado con ellos. Si usas los dones y talentos que Dios te ha dado y los perfeccionas con el estudio, la dedicación y la consagración, de seguro que lograrás resultados similares a los de José, y serás de gran estima entre tus allegados. Tu reputación correrá como río y tus servicios serán demandados. Pero tienes que ponerle atención a lo que sabes hacer y preocuparte por hacerlo cada vez mejor.

Pero hay un aspecto en la vida de José que lo hace muy especial, y es su integridad. La honradez, la honestidad y la castidad son cualidades que definen a José a toda prueba, cualidades que hoy en día son menospreciadas, incluso por muchos jóvenes que se dicen ser cristianos. José tuvo dominio propio frente a las múltiples tentaciones que se le presentaron en la vida. José sabía como debe comportarse un hombre de Dios. Sabía que la vida no se debe regir por sentimientos, sino por principios. José era un individuo de principios bíblicos.

Los jóvenes cristianos saben como deben conducirse en la sociedad para alcanzar el favor de Dios, antes que el favor de los hombres. El joven cristiano no debe vivir bajo el parámetro de la sociedad, sino bajo el parámetro de Jesucristo, nuestro modelo a seguir. José hubiera podido hacer muchas cosas malas para alcanzar posiciones en la sociedad de Egipto, pero cuáles hubieran sido las consecuencias: Habría perdido el favor de Dios y no hubiera estado en las páginas de la Biblia como un gran héroe de la fe. José pagó el precio de ser fiel a Dios, y fue premiado por Dios por su fidelidad.

Esta sociedad precisa de hombres y mujeres que cambien la triste realidad moral y espiritual que vivimos. Los jóvenes cristianos son los llamados a demostrar mediante su integridad a toda prueba, que se puede cambiar esta bochornosa condición que se manifiesta en el ámbito político y social dentro de esta nación.

Nuestro país precisa de hombres y mujeres cristianos que sientan el llamado para involucrarse en una lucha contra el mal que nos arropa. Tú como joven puedes ser esa persona que esta sociedad necesita.

Leandro González
Mensaje predicado en la Iglesia Evangélica Asamblea de Dios de Mao, República Dominicana, el 5 de junio de 2010.

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