domingo, 20 de junio de 2010

EFECTOS DEL MATERIALISMO EN EL MUNDO

Romanos 1: 18-32.

"Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican".

El materialismo es un punto de vista para explicar el mundo. El materialismo es contrario totalmente al idealismo y surge con el propósito de contrarrestar éste. La filosofía materialista parte del hombre, del cerebro humano. Su búsqueda de respuestas a los grandes misterios de la vida se centra en el intelecto humano en sí.

Cualquier cosmovisión que se tenga afectará todas nuestras relaciones sociales y todo nuestro sistema de creencia, pues actuamos según pensamos. De plano la filosofía materialista descarta la existencia de Dios, o sea, que es atea, pero no lo es en sí, lo que pasa es que ha puesto a la materia como ese Dios al que dice negar, pues da a la materia una categoría de algo eterno, como que siempre ha existido. Así que todo lo que el materialista haga o piense hacer estará influenciado por esta idea de que Dios no existe, y que la materia es el objeto de su glorificación, cosa esta que muy bien razona el apóstol Pablo en Romanos 1.

En su explicación de la concepción del mundo, el materialista descarta a Dios. De acuerdo a la Biblia, el materialista comete un pecado grave que lo imposibilita para poder acercase a Dios, y es su incredulidad; ya que la Biblia nos dice lo siguiente: "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan" (Hebreos 11: 6).

Ya desde muy temprano la Palabra de Dios había sentado el fundamento de la sabiduría o de la ciencia, y no es precisamente el materialismo ateo, sino todo lo contrario: "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza" (Proverbios 1: 7).

Obviamente se debe inferir que el materialismo rechaza cualquiera concepción de algún hecho sobrenatural, porque el materialista cree que todos los fenómenos ocurridos al hombre, y en el mundo material, tienen una explicación lógica. Plantea que la religión existe precisamente como una salida fácil (según ellos) a los hechos que no pueden ser explicados por la ciencia. En este sentido el filósofo materialista rechaza todo tipo de manifestación de fe.

Hoy en día, sin necesidad de ser precisamente marxista, esta corriente tiene sus mejores exponentes en el mundo capitalista, puesto que al afán de lucro le viene bien una plataforma de esta naturaleza, donde los sentimientos y los principios morales importan muy poco. Veamos cuál es el fin del materialismo:

1.- El Materialismo Tiene Como Fin la Negación de Dios.

Esto implica más que negar la existencia de Dios. El materialismo procura explicar el origen del mundo contradiciendo lo que dice la Biblia, y hasta burlándose de la revelación, y considerándola como un invento de los hombres. El postulado existencialista del materialismo es la teoría de la evolución; la evolución progresiva y continua de todas las especies, incluyendo al hombre. Se da una explicación supuestamente nacida de la razón, y en ese sentido se plantea que la fe está divorciada de la lógica, y se acusa al creyente de fanático.

Karl Marx sentenció a la iglesia con su famosa máxima: "La religión es el opio de los pueblos", con lo cual quiso decir que la religión mantiene al hombre en un estado de inconsciencia frente a la realidad del mundo en que vive. Pero la realidad es que las demandas del Señor para el cristiano superan las exigencias de cualquier filosofía o política materialista: "Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis" (Mateo 25: 31-45).

El comunismo y sus defensores proclamaban la muerte de Dios cuando se encontraban en su apogeo, hoy en día todo el andamiaje de ese imperio ateísta no existe, ha muerto, y la iglesia sigue proclamando al Cristo resucitado, al Dios que vive por los siglos de los siglos.

2.- El Materialismo Tiene Como Fin La Glorificación del Hombre.

El humanismo, que es la prédica excusa del materialismo, nace de la necesidad del hombre de ser el protagonista de su propio destino. Esto parece loable a simple vista, pero lo que pretende el humanismo es que el hombre se decida a vivir su existencia en este mundo sin contar con nadie más que con él mismo, y enseñar que el hombre, y nadie más es el autor de sí mismo y de todo lo que le rodea. El humanismo es otro intento de realizar la famosa propuesta de Satanás hecha a Eva en el Jardín del Edén: "Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal" (Génesis 3: 4,5).

El humanismo plantea que el hombre es bueno en esencia, cuando la Biblia plantea la maldad absoluta del hombre y su inexorable fracaso si se mantiene en su estado de pecado: "Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno" (Romanos 3: 10-12); "Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque" (Eclesiastés 7:20).

En nuestra plática queremos dejar bien claro que el hombre es un ser sin esperanza de ninguna clase, si se empeña en negar al único que lo puede salvar.

3.- El Materialismo Tiene Como Fin La Pérdida de los Valores Espirituales.

Cuando se niega a Dios y el hombre se quiere poner en su lugar los resultados catastróficos en el planeta no se hacen esperar. Primeramente se manifiesta en la pérdida de los valores elementales de la vida. La falta de respeto por la integridad de la vida es un mal que ha ido mermando la paz y el sosiego en el mundo. El primer crimen que se registra es el de un hermano contra otro hermano, algo que se conoce como fratricidio, cuando Caín mató a su hermano Abel: "Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató. Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra" (Génesis 4: 8-12).

Lo que comenzó en el seno de la primera familia, se fue transfiriendo al seno de la sociedad, y en el día de hoy el crimen, el asesinato y la barbarie del hombre contra sus semejantes se ha convertido en el pan nuestro de cada día. La depravación exhibida por la humanidad como producto del humanismo es algo bestial. Si seguimos leyendo en el Génesis nos damos cuenta de cómo la humanidad se fue apartando cada día más de Dios y cuáles fueron las consecuencias: "Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho" (Génesis 6: 5-7).

El humanismo, que cree que eliminando el analfabetismo logrará romper con el estado actual del hombre pecador, que estimula la superación del hombre en el cultivo de las bellas artes, la búsqueda del saber en todas sus vertientes, el estudio y la profesionalización de los oficios y talentos y la capacitación del hombre y su educación, no ha podido lograr el resultado del llamado "hombre nuevo" que la filosofía materialista y el comunismo proclaman.

El hombre, en su naturaleza caída, no puede lograr este fin tan anhelado; sin Dios esta es una pretensión utópica: "Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente" (I Corintios 2:14). Lo que queremos decir es que de la única manera que el hombre puede llegar a ser ese personaje al que aspiran los postulantes del materialismo dialéctico, es únicamente mediante el milagro del nuevo nacimiento del que habló Jesús en su conversación con Nicodemo: "Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3: 3). Entonces, el hombre nuevo no puede nacer del hombre viejo, no se puede salvar a sí mismo, sino que es necesario que el hombre tenga que nacer otra vez, para así lograr el fin de ser el hombre nuevo que Dios anhela. Y la única forma para lograr esto es por medio de recibir a Jesucristo como su Salvador: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios" (Juan 1: 12,13).

El cuadro que nos presenta el apóstol Pablo en Romanos 1: 18-32 es verdaderamente patético, ya que como resultado del hombre negar a Dios vemos: 1) Una justicia humana viciada: "Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia" (Habacuc 1: 4), "Y el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir. Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho" (Isaías 59: 14,15); 2) Exhibición de gran necedad en la conducta de los hombres: "¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos! ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida; los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!" (Isaías 5:20), "Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien" (Salmos 14: 1); y, 3) Práctica de conductas vergonzosas que llegan al homosexualismo y al lesbianismo, y esto es algo que ya se considera como una conducta normal. Hasta se legisla en favor de los matrimonios entre personas de un mismo sexo en muchas ciudades del mundo. Esta fue la razón porqué Dios destruyó a Sodoma y a Gomorra: "Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra" (Génesis 19: 24,25).

A este mundo le queda poco tiempo, es necesario que los hombres se arrepientan antes que sea tarde.

Leandro González


Mensaje predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 20 de Junio de 2010.

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